Higiene, seguridad y calidad de servicio. ¿Tomas en cuenta estos factores al elegir manicurista/pedicurista?
Con la gran oferta de salones de manicure/pedicure, precios y tratamientos, hay que aprender a ser más selectiv@.
El cuidado de las uñas va más allá del arte en las uñas, es una cuestión de salud.
Quitar los callos, NO: Según el Consejo de Cosmetología de Estados Unidos lo mejor es no hacerlo. Es similar a lo que pasa cuando te depilas con el rastrillo, el vello –o en este caso, los callos- crecen más gruesos.
Además, cumplen la función de proteger tus pies del roce de los zapatos. Lo recomendable es suavizarlos es pulirlos con una piedra pómez.
Piernas depiladas, NO: Si vas a hacerte la pedicure, lo mejor es depilarte las piernas después. Esto se debe a que la piel está mucho más sensible y propensa a las irritaciones e infecciones que se pueden contraer en las tinas que se usan para lavar los pies (los tobillos y pantorrillas tienen contacto con ellas).
Si ves que el establecimiento, los utensilios, el agua o la manicurista/pedicurista en su presentación personal no están limpios, tienes derecho a reclamar higiene, cambio de utensilios o de profesional. O lo que es más práctico, ir a otro establecimiento que garantice un mejor servicio.
En caso, prefieras realizar el cuidado de tus uñas en casa, recuerda esterilizar los utensilios después de su uso. Utiliza jabón líquido, agua y una escobilla de uso exclusivo para refregar tus utensilios de manicure/pedicure.
Déjalos remojar por 10 minutos en una solución desinfectante de Barbicide o el alcohol que tienes en el botiquín de casa.
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