Los poros abiertos son en parte cuestión genética, pero está situación empeora o aparece cuando se van acumulando células muertas y grasa en ellos.
Aunque con la genética es inútil pelear, lo que sí se puede es evitar que los poros se abran más y mantener la piel lo más firme, elástica y libre de impurezas posible.
Ácido salicílico
Busca productos que contengan esta sustancia que exfolia la piel y mejora su textura. Es genial para las pieles grasosas y/o con tendencia a acné. También es bueno el ácido glicólico, pero el ácido salicílico es soluble y puede penetrar mejor las grasas del sebo de la piel.
Vapor liberador
Una vez a la semana, durante 3 minutos, hazte una limpieza facial con vapor que desobstruye y exfolia la piel. Enjuágate la cara con agua tibia o té verde, un astringente natural.
Para cerrar los poros dilatados, aplica con suavidad cubos de hielo por 15-30 segundos. Tienen un efecto tensor en la piel, y cerrarán momentáneamente los poros.
Mascarilla de huevo
Prepara una mascarilla para la elasticidad de la piel con 2 claras de huevo y unas gotas de jugo de limón. Aplícale en tu rostro por 5 a 7 minutos. Como las claras se secan rápido, extraen la grasa y suciedad de los poros. El limón contiene enzimas que reafirman y limpian la piel.
Recuerda: nunca te olvides de la rutina de limpieza profunda de la piel. Elimina todo el maquillaje y protector solar de tu piel antes de dormir. Y evita pincharte los granitos y puntos negros, agrandan más los poros y dejan cicatrices.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario