Tus brochas y pinceles de maquillaje necesitan una limpieza completa y frecuente. Usar pinceles y brochas sucias puede producir problemas en la piel, esto se debe a que acumulan restos de maquillaje, células muertas y grasa que crean el ‘ambiente perfecto’ para la proliferación de bacterias.
Limpia tus pinceles y brochas una vez cada dos semanas o incluso más, si las usas diariamente. Con las esponjas ten más cuidado, acumulan más bacterias. Como están en mayor contacto con tu piel, es mejor desecharlos con frecuencia.
Existen productos para limpiar las brochas de maquillaje. Si quieres ahorrar, lava tus pinceles y brochas con agua tibia y una cucharada de champú de bebé y 3 gotas del aceite del árbol del té. El champú remueve la suciedad, el aceite actúa como antibacterial. Frota cada brocha por un minuto más o menos.
Después de cada uso, limpia tus brochas de maquillaje con un paño húmedo para evitar la acumulación de suciedad y bacterias.
Acomoda las cerdas y déjalos secar sobre una toalla o una tela al aire libre. Tiene que secar por completo.
Lo que no debes hacer con tus brochas y pinceles de maquillaje
- NO los laves con agua caliente.
- NO los compartas.
- NO los frotes demasiado contra tu piel.
- Separa las brochas y pinceles nuevos de los usados para que no “se contagien”.
- Separa las brochas y pinceles para cosméticos líquidos de las que usas para cosméticos en polvo.
- Colócalos en orden de tamaño o por función (ponles etiqueta, si puedes) en un recipiente amplio de plástico o vidrio.
- Mantenlos lejos de la luz directa o alguna fuente de calor.
Extra: En cuanto a los lápices, no te olvides de ponerles siempre la tapita. Tájalos por lo menos una vez a la semana para eliminar bacterias.
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