Cuando una llega a cierta edad, los métodos naturales ya no resultan tan efectivos. El deterioro ya es notorio, y condiciones como la menopausia (disminución de hormonas), no favorecen su retroceso.
La piel con el tiempo comienza a perder colágeno e hidratación, por lo que los surcos se acentúan, la piel se vuelve más fina y menos elástica.