La exfoliación es el paso número 1 en tu rutina diaria de cuidado de la piel, ¿no es así? Exfoliarte remueve las células muertas de tu piel y la deja súper suave y más clara. La exfoliación ayuda a que los ingredientes de los productos para el cuidado de la piel sean bien absorbidos.
Existen dos formas de exfoliar la piel: la exfoliación natural o casera que utiliza gránulos pequeños como el azúcar, las semillas, entre otros, que “raspan” la piel. La exfoliación química que utiliza sustancias como el alfahidroxiácido (AHA) y el betahidroxiácido (BHA) que “afloja” las células de la piel para que luego se desprendan.
Cómo exfoliar cada piel
- Piel normal: 3 veces a la semana, cualquier método.
- Piel seca: 1-2 veces a la semana, cualquier método.
- Piel grasa: 3 veces a la semana, cualquier método. Ojo, no más.
- Piel mixta: 2 veces a la semana, cualquier método.
- Piel sensible: 1 vez a la semana con el método natural.
- Piel con acné: 3 veces a la semana, con ácido salicílico para remover las bacterias, tratamientos con enzimas o mascarillas de arcilla.
- Piel con manchas: exfoliación química o microdermabrasión. Consulta a un dermatólogo.
Recuerda: TODO EN EXCESO ES MALO.
Exfoliarte demasiado puede hacer que tu piel se ponga roja e irritada, ya que al remover continuamente las células de la piel, no les están dando la chance a renovarse adecuadamente. La frecuencia de la exfoliación depende también del método que uses y de tu tipo de piel.
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