Toda depilación duele…y mucho, sobre todo en la zona íntima donde la piel es muy delicada y el vello más grueso. Siempre va a doler, pero con cierta preparación podemos evitar las típicas escenas de dolor y desesperación.
En primer lugar, es mejor que la depilación, sobre todo la íntima, la haga una profesional para que el dolor sea menor y los resultados los mejores.